lunes, 12 de marzo de 2012

SINDICATOS versus GOBIERNO: CHOQUE DE TRENES



         Recuerdo una anécdota del Rajoy adolescente: En el Colegio Mayor le dijeron que tenían que hacerle novatadas “como a todo el mundo”. Precisamente, ese mismo Colegio cuya última hazaña fue la quema de ojos a los novatos con sosa cáustica. Dijo “no”. Los veteranos se exasperaron, le dijeron que eso era imposible, que iba contra el orden natural de las cosas, que le iban a hacer la vida imposible. Dijo “no”. Al final le pidieron que, por favor que, al menos aceptara fingir que se las habían hecho, para no perder ellos autoridad. Dijo “no”. Me viene a mientes la anécdota a cuenta de la Huelga General, porque veo muy bien lo que va a pasar. Rajoy, si bien políticamente es de mentalidad centrista, de carácter es lo más parecido que existe a Margaret Thatcher. El resultado del choque de trenes, si nadie tasca el freno, afectará al gobierno pero también a los sindicatos.
         Desde la perspectiva del maquinista, el tren del gobierno no tiene más alternativa que correr a toda pastilla. Los sindicatos y obreros alemanes, franceses, austriacos… no están dispuestos a mantener mucho más tiempo un sistema laboral como el nuestro, que produce cinco, seis, siete, etc. etc. millones de parados. Sí, lo sostienen, a través del Banco Europeo, comprando deuda española o prestando a nuestros bancos para eso mismo. ¿De donde creen que sale el seguro de paro? El tiempo es limitado y la alternativa es el descarrilamiento de todo el convoy por un puente mientras en sus vagones se multiplican las discusiones (PP contra PSOE, CEOE  contra Centrales), ajenos a que las heladas aguas del río se acercan a toda velocidad. El chofer cree –como cree las cosas él, firmemente- que las leyes las hace el parlamento y que las huelgas políticas estaban bien contra el franquismo y nada más.
         También es comprensible el punto de vista del doble maquinista sindical: ellos tampoco ven otra posibilidad que echar ¡más madera, más carbón! a la caldera de su tren. Los sindicatos españoles ven amenazado su importantísimo papel social, mediando en los convenios, procurando formación profesional, defendiendo jurídicamente a los trabajadores, etc. Creo que ese valor añadido para los trabajadores es su mejor activo y el campo natural de la negociación; otros, que exigen abandonar Europa, a la larga no les harían muy simpáticos. Naturalmente el doble maquinista puede persistir en la agitación política (Huelga a las pocas semanas, agitación el 11 de marzo, partidos políticos convocantes…), pero en ese caso tienen que pensar en la posibilidad de que del otro lado capten esos signos… y actúen en consecuencia.
         Jacques aconsejaría frenar por las dos partes y provocar un choque pequeñito, por cumplir. Después: 1) Reflexión; 2) Despolitización; 3) Negociación. Téngase en cuenta que ninguna de las dos partes busca la maldad, por si misma, sino el devolvernos a Europa. El camino, a poco que se piense, no tiene que hacerse por separado. Naturalmente si lo que se desea se promocionar a determinados partidos políticos, el choque es inevitable y el resultado, dudoso.   

     



        
        
    

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