viernes, 26 de septiembre de 2014

DERECHO A DECIDIR LO QUE NO HAY DERECHO A DECIDIR

        
         El gobierno de la autonomía catalana ha propuesto a los avecindados en esa comunidad el decidir sobre la integridad territorial de España (y, de paso, sobre las pensiones de los gallegos, al sustraerse más de una cuarta parte del presupuesto estatal). Se trata de una nueva variante del principio democrático que supone adoptar decisiones al margen de lo que la ley diga sobre ámbito y materia. Por ejemplo, para casarse, bastaría con que el novio lo decidiese, al margen de lo que opine la novia. La cosa suena bien ¿verdad?, por fin vas a poder casarte con Scarlet Johanson.
         Jacques escuchó la formulación del principio de labios de don Gerard Piqué y no pudo menos que suscribir su carácter democrático y su aplicabilidad al mundo del fútbol. Me refiero a que es un espectáculo algo sádico ese de equipos con 500 o 600 millones de presupuesto atizándole 8 goles al Deportivo, encima a medio gas. Jacques propone un referéndum sobre la norma alemana de que el mayor presupuesto no pueda exceder del doble del más menesteroso de los clubes. El sueldo máximo por jugador será de 3.500 euros ¡y ya está bien, jopé!
         Hay más. Si una autonomía puede decidir sobre la soberanía nacional, ¿por qué no un municipio? A Coruña podría solicitar su conversión en una ciudad-estado tipo Gibraltar, paraíso fiscal incluido. Viene a ser lo mismo, un islote costero situado estratégicamente en las rutas británicas, que digo, mejor, mucho más cerca de la City. Los coruñeses vivirían como reyes, a base de ser apoderados de empresas of-shore. Para colmo, existe una legitimidad histórica: todos nos acordamos de cuando Vázquez propuso la formación de la ciudad-estado para resistirse al imperialismo de Compostela. Otro referéndum se convocaría en la isla de Arousa (que ya fue independiente un par de días en 1934), pero esta más bien sería una república tabaquera. Navarra, tan católica ella, se pronunciará en referéndum sobre la prohibición del aborto ya desde el espermatozoide y el óvulo. Madrid votará por la pena de muerte, supongo: su tradición de paseos y checas es impecable.

         Ah, que no se me olvide. Lo que no podrá faltar de ninguna manera será un mega-referéndum mundial sobre si queremos o no pagar impuestos. Derecho a decidir. Seamos demócratas.   

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